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esde siempre, desde muy niño, junto a mis primeros recuerdos
de infancia guardo la nítida imágen de cuando iba al cuarto
de mis padres a ponerme los zapatos de taco de mi madre, caminar por su dormitorio,
ver sus ropas y ocasionalmente tomar alguna prenda para ponérmela.
También es insoslayable el recuerdo de mis juegos, mucho más
de niña que de niño. Todo, desde el más mínimo
detalle del mundo femenino me llegó siempre y me dejó sus marcas.
Puse siempre especial atención al mundo femenino. Necesitaba comportarme
como una niña porque sentía como niña.
A medida que los años fueron pasando, la vida en sociedad, la adjudicación
de roles y las limitaciones que ello conlleva fueron moldeando mi carácter
en lo que a comportamiento se refiere. Claro está que lo que una lleva
dentro, lo que realmente siente, eso no lo cambia ni lo moldea nadie.
La adolescencia es una etapa particularmente difícil en mi vida debido
a que nos sentimos comprometidos, observados por los
demás, que ya comienzan a depositar en nosotros expectativas a nivel
de búsqueda y obtención de pareja, interés por el sexo
opuesto, lo que generalmente se considera normal.
Es muy difícil no sentirse normal y no poder actuar en
consecuencia. Comienzan a actuar allí mecanismos de autodefensa que
pasan por la simulación y una cierta hipocresía para no ser
discriminado. Todo lo cual continúa y se acentúa en la etapa
de la juventud. Es necesario simular e inventar pretextos cuando la gente
te cuestiona el no tener pareja. Todo eso me sucedió durante toda la
vida y aún hoy, habiendo adoptado la modalidad Crossdresser para expresarme,
persisten algunas formas que la sociedad prefiere que sean preservadas: la
discreción, por ejemplo.
Es fascinante tener un mundo propio y diferente al que la sociedad elige para
nosotros. Es fascinante poder expresarse dentro de ese mundo sin temores,
con libertad, sin tabúes y lejos del alcance de la censura
social.
Pretender ser aceptada por los demás ha pasado inevitablemente por
ser aceptada por mí misma, la tarea más difìcil de todas.
Hoy en día, luego de haber experimentado en la intimidad y luego de
haber construído un mundo femenino propio, con ayuda de amigos, amigas
y chicos que me estimularon a reafirmar mi personalidad femenina, estoy resuelta
a no renunciar a este derecho conquistado de ser y comportarme como realmente
soy. Mucho le debo a un puñado de personas que saben lo que siento
y me han ayudado a descubrirlo tanto dentro como fuera de la cama. Solo me
cabe progresar en todo esto que ya he conquistado: no hay marcha atrás.
Abby
Since long
ago, together with my first childhood memories, I keep a clear picture of
myself getting into my parents' bedroom to try on my mom's high heels,
walk around the room, look at her clothes, and occassionally I would take a
piece of clothing to wear.